El cielo nos ha maravillado desde que tenemos uso de razón. Miramos arriba y encontramos en esas formaciones estelares un nuevo mundo al que nombrar y lo utilizamos como nuestro lienzo para contar historias. Así, divinidades, héroes y heroínas, animales fantásticos nos hablan de cuáles eran las fascinaciones y los miedos de nuestros antepasados. Así, nosotros, al también maravillarnos con los anillos de Saturno o las estrellas fugaces, volvemos a ser pequeños humanos con todo por delante por aprender. Mirar hacia arriba, sabernos pequeños, nos hace más humildes.
Esto ocurre aquí, en nuestra provincia, con una frecuencia bastante inusitada para el resto de la Península Ibérica. Nuestro cielo limpio sorprende a propios y a ajenos. Gúdar Javalambre, de hecho, tiene tan seguro que su cielo es único que lo ha convertido en su lema: “Aquí tocamos las estrellas”. Y vaya si lo hacen. De hecho, fue de los primeros territorios turolenses en recibir las certificaciones de Destino Turístico Starlight y Reserva Starlight, sellos de calidad que avalan que en ese cielo no sólo se tocan las estrellas, sino que se ven con todo su esplendor, convirtiéndolo en un atractivo turístico más a todo el ofrecido previamente.
En la no tan lejana Sierra de Albarracín, también pueden presumir de esta doble certificación desde 2020. Para facilitar la observación celeste, se instalaron miradores astronómicos en todos y cada uno de sus pueblos que, sumados a su riqueza patrimonial, natural y paisajística, terminan de redondear el foco turístico que ya es.
La vecina Villar del Salz también se sumó a la moda de presumir de cielo y recientemente recibió una distinción única en Aragón: la de paraje Starlight. Allí, apostaron por esta certificación con vistas a atraer turistas y fijar la población, y la consiguieron por la nitidez de su cielo y la poca contaminación lumínica, cosa de la que también se presume en la Sierra de Albarracín.
Pero todavía hay más. Forestalia ha querido sumarse a esta ola y aportar su granito de arena. Desde los miradores de Bronchales, Ródenas, Pozondón, Orihuela del Tremedal y Villar del Salz podremos apreciar nuevas constelaciones, con sus nombres ya puestos, tal y como hacían en el mundo clásico. Ahí, al oeste, veremos a Minerva. Apunta la vista hacia el norte y verás Larentina, cerquita de Mefitis.
Además, los señores de Forestalia son muy considerados: no vamos a necesitar telescopio. ¿Para qué aprender a utilizar un planisferio? Estas constelaciones no se mueven, ni cambian según estación. Una vez te las aprendes, siempre van a ser las mismas. Y…¡fíjate! ¿Qué ha sido eso? ¿Es una estrella fugaz? Ay, no. Ha sido un buitre chocando contra un aerogenerador: ¡pide un deseo!
Ya no más Teruel Territorio Starlight. Ya que nos ponemos, propongo una nueva certificación: FORESTARLIGHT, ni un solo horizonte en Teruel sin luces parpadeantes. Yo creo que tiene gancho.
Gracias, Forestalia.
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