SILVIA BARRACA. PERIODISTA.
El Quijote veía gigantes donde había molinos y los consideraba una amenaza y ese espíritu quijotesco crece ahora cada día más en la España Vaciada. De Castilla León a Extremadura, Cantabria y Galicia y por supuesto Aragón, los proyectos de renovables se multiplican y los escépticos también. Han sembrado la discordia en lugares hasta ahora tranquilos y la convivencia se ha fracturado entre los que ven la gallina de los huevos de oro y los que contemplan, preocupados, cómo se avecina un desastre medioambiental en las puertas de su casa. En Fortanete, Teruel, la mitad de sus 200 vecinos no se habla con el resto. Idéntica situación entre el medio millar que resiste en Mosqueruela.
Si preguntas uno a uno, todos coinciden en que las energías limpias son necesarias, pero no a costa de ensuciar su futuro, dicen y prácticamente con una carta blanca para hacer lo que quieran, donde quieran. Las prisas no suelen ser buenas consejeras y aquí hay mucha urgencia. La invasión de Ucrania y los altos precios energéticos no deben servir de excusa para renovar nuestra forma de crear megavatios sin realizar una profunda reflexión sobre la forma de abordar un proceso que va a cambiar el paisaje y el devenir de nuestro país en los próximos años.
Hace unos días el congreso aprobaba el considerado por asociaciones ecologistas un desmantelamiento de la evaluación ambiental. Un ecocidio. Así lo llaman. Una autorización exprés que se aplicará sólo en los proyectos de renovables, de cualquier tamaño. Se eliminan las consultas previas, suprimida también la información pública. Ya nadie podrá alegar ni averiguar las dimensiones de lo que le van a instalar a la orilla de su pueblo. La excepción será excluir los proyectos en la Red Natura 2000 y en el medio marino. El pleno incluía otros muchos asuntos, desde las ayudas a la vivienda, el rescate de los palmeros por su volcán o las ayudas a los artistas y entre esa mezcolanza el debate se diluyó y salió adelante un real decreto importantísimo para nuestro país. El ministro de la presidencia, Bolaños, ni siquiera lo mencionó en su intervención para defender los asuntos del pleno, consciente de lo polémico de la medida. Con un minuto contaba el diputado de Teruel Existe, Tomás Guitarte y no lo desaprovechó. Habló de la mayor regresión ambiental de la historia de nuestro país. Denunció que los fondos europeos no están impulsando a los despoblados y sí la especulación de las renovables. Y en la réplica, el presidente Sánchez, simplemente, se quedó sin palabras. Es la primera vez que lo veo titubear. Ehh,uumm, “Cautela”, “una respuesta equilibrada”, “protección”. Apenas podía articular una frase con sentido.
“Vía libre para los desmanes, para destrozar el medioambiente en nombre del medioambiente”. Eso me dijo Jesús Iranzo, el responsable de obras de las carreteras del Estado en Teruel, jubilado hace unos meses. Un hombre íntegro, que ha trabajado durante 44 años para todos los gobiernos. El mismo Ministerio de Fomento de entonces le concedió la cruz al mérito civil. Por sus manos han pasado los impactos medioambientales de toda la provincia en las últimas décadas. Considerado el padre de la autovía mudéjar, recuerda este ingeniero de caminos, que superar el trámite de la A-68 costó casi 8 años, los mismos que la A-23. 175 kilómetros de autovía entre Teruel y Zaragoza, la mitad de los caminos que se deben construir en muchos de los proyectos que hay encima de la mesa. El nuevo real decreto reduce la evaluación ambiental a 2 meses.
De todos los proyectados (ya he perdido la cuenta) en Teruel, el más polémico nos conduce al Maestrazgo. Sorprenden sus dimensiones. 20 centrales eólicas en ocho pueblos, 125 molinos de 200 metros(más gigantes que el pirulí), 327 kilómetros de pistas, el doble que la autovía mudéjar de Teruel a Zaragoza, deforestarán 900 hectáreas, 173 kilómetros de línea, 500 torres de alta tensión. 81 de esos molinos en la famosa Red Natura 2000. Es el resquicio en el que se ampara Teruel Existe y la Asociación a favor de los paisajes para denunciarlo ante los tribunales porque ya sólo eso puede hacerse para pararlo. Superado el impacto medioambiental le queda únicamente la autorización administrativa.
Los alcaldes están a favor. Han creado una asociación, Viento Alto. Ven dinero para cumplir su sueño, mejorar sus pueblos y atraer población. Junto a ellos, algunos de los propietarios de los terrenos afectados, los que percibirán también un sobresueldo para las próximas décadas. Y digo algunos de los propietarios porque hay gente como Pedro y Amparo que están dispuestos a renunciar al dinero porque quieren dejar a sus hijos la tierra como ellos la heredaron. Enfrente, la asociación a favor de los paisajes, dicen que por unos pocos empleos no están dispuestos a hipotecar su futuro. Cada 10 molinos, calculan un puesto de trabajo. El dato lo da la asociación española eólica. Es decir, el Clúster del Maestrazgo creará doce empleos. Aseguran que sólo el 3% de lo que generan los molinos se queda en el territorio. El 2% para los ayuntamientos, el 1% para los propietarios. Se pregunta Jesús Villamón de Teruel Existe, “¿qué negocio conoces que sólo pague un 3% por el alquiler del local donde se desarrolla su actividad?”.
En Fortanete, el alcalde ya piensa en arreglar su pueblo a cuenta de los 8 millones 300 mil de euros que recibirá por los molinos en un pago único, casi medio millón por año vía impuestos. Quieren construir una residencia para los mayores, su `principal proyecto. 36 mil 700 euros al año percibirán entre todos los dueños de los terrenos, todos privados en este caso. La información la tienen en sus casas los vecinos de los pueblos. Los alcaldes les han enviado una carta con los beneficios a cada habitante.
Casi 10 mil megavatios se proyectan en Teruel. En los 53 mil hogares de la provincia se consumen 75. Multiplican por cien nuestras necesidades. Obviamente esa energía se exportará y llegará lejos. Fundamentalmente servirá para abastecer a las empresas. ¿Y por qué no se genera la energía próxima a ellas?
Llama la atención que la España Vaciada no tenga rivales para instalar los megaparques y sí tuviera que competir con las grandes ciudades cuando la Agencia Espacial salió a concurso. Cuanto menos una puede llegar pensar que quizás esta gran oportunidad no sea el dorado que se promete.
Tras el Maestrazgo, las aspas girarán hacia el Matarraña, aunque visto lo visto, algunos alcaldes se desvinculan de las renovables, suspenden licencias y se ponen al lado de los vecinos preocupados porque el turismo, vital en la zona, pueda huir buscando otros vientos. Se quejan muchos de los que viven en los pueblos de que apenas tienen información. Las empresas encargadas de los proyectos como Forestalia o Capital Energy han impartido charlas. No han debido ser muy esclarecedoras porque la mayoría sigue teniendo muchas dudas. Empresas como Forestalia que se encargan de tramitar los megaparques, después tienen previsto venderlos a fondos de inversión, como el danés Copenhagen Infrastructure Partners, dicho públicamente por ellos, y las sospechas que hablan de burbuja cobran más fuerza. Prometen la luz gratis para los afectados pero desconocemos si el fondo de inversión que gestionará las renovables tiene intención de ofrecerlo.
3 años de lucha y 44 mil folios leídos de los proyectos de Teruel. Es la titánica tarea en que ha ocupado su tiempo el portavoz de la asociación a favor de los paisajes, Javier Oquendo. Me cuenta que en la zona limítrofe de Castellón con Teruel, todos los municipios han perdido población desde que instalaron los parques. Forcall ha pasado de 350 habitantes a 320. ¿Si se ha ganado tanta riqueza por qué hay menos gente en los pueblos? Se hace la pregunta en voz alta. “No soy un negacionista, estoy a favor de las renovables hace años. Constituyamos los pueblos en comunidades energéticas, produzcamos luz, seamos los actores del proceso, abaratemos la factura en un 60% y el excedente vendámoslo. Podemos elegir entre seguir con 5 grandes empresas energéticas más fondos buitres o apostar por un modelo distribuido.”
Hay mucha España Vaciada para plantar las renovables, numerosos lugares sin ningún tipo de polémica. En Andorra, por ejemplo, ENDESA va a instalar una de las centrales más grandes de Europa de eólicas y fotovoltaicas. Nadie lo discute después de enterrar el carbón en una tierra con numerosas cicatrices por él.
El PP no se opone a los macroproyectos, el Gobierno de Aragón da su visto bueno y anuncios como el reciente de Lambán acerca de crear un sistema energético propio para nuestra comunidad sólo hacen vislumbrar que ni ellos están de acuerdo con los beneficios que se quedan en los pueblos. No deja además de ser eso, un anuncio, porque quedan dos meses para que se disuelvan las Cortes y lo que suceda a partir de las elecciones será otro cantar.
Los gigantes que veía el Quijote se hacen titanes para unos pueblos divididos que ven cómo a contrarreloj tienen que tomar decisiones que pueden cambiar sus vidas para siempre. Haría falta tiempo, mesura y transparencia. Ojalá a estas premisas no se las lleve el viento.
DESDE LA ALFAJERÍA. BLOG DE ACTUALIDAD Y DE ANÁLISIS POLÍTICO. 31 de enero de 2023