01 de agosto del 2024

La noticia del martes pasado era que el Consejo de Ministros daba su aprobación al proyecto de instalación de 125 aerogeneradores, mas 9 subestaciones, acompañados de más de 500 torres de alta tensión y 360 Km de caminos, en una poligonal de 71.500 hectáreas, todo esto son datos del propio proyecto; para ser colocados en el Maestrazgo de Teruel y más en concreto en las localidades de Iglesuela, Cantavieja, Fortanete y Tronchón.

Todo esto sería una buena noticia si se considerara que se da un paso hacia las energías renovables y si se tiene en cuenta que algún beneficio económico dejará en la zona de implantación, pues hay una serie de impuestos que cobrar por las licencias de obras y los alquileres del espacio ocupado. También se puede considerar que se crearán algunos puestos de trabajo, aunque en esto coincide todo el mundo que no serán muchos en la fase de explotación y si se dejará notar el año que se construyan.

Pero cuando la noticia es que se construirá en un espacio que se calificó como Red Natura 2.000 por su valor ambiental y la calidad de sus espacios y de las especies que lo habitan, cuando se constata que el Ministerio de Transición ecológica en sus mapas de zonificación considera buena parte de los espacios donde se va a instalar como de exclusión, que en castellano significa no poner, cuando se estudian los mapas del paisaje y se ve  que esos espacios son calificados con notas entre 7 y 10, que son las de más alto valor otorgadas a los paisajes de Aragón, cuando se hace un repaso de las especies animales y vegetales en peligro de extinción y se aprecia que varias de ellas habitan en las sierras del Maestrazgo y más en concreto donde van todas esas instalaciones de las centrales eólicas, no parece muy buena idea haber elegido este lugar y haber aprobado su instalación.

A estos argumentos podríamos añadir que los proyectos de renovables se deben implantar cerca de donde se va a producir el consumo y de forma distribuida, que la soberanía energética significa pequeños proyectos en manos de los ciudadanos para producir y comercializar, que las renovables no pueden ser un campo de especulación basado en el derecho a poder enganchar en una red que es publica y se planeen para producir grandes beneficios a multinacionales o fondos extranjeros, que la energía es una necesidad básica en nuestros tiempos y debe estar al servicio de los ciudadanos y no del capital.

Por si estos argumentos fuera poco, también hay que recordar que esas tierras se han dedicado y tienen actualmente su sustento en una ganadería de calidad, cuya actividad va a quedar mermada y desde luego perderá parte del valor de ser desarrollada en espacios libres de actividades industriales, por no añadir que muchas de las actuaciones previstas pueden dañar los acuíferos someros que alimentas las fuentes y surgencias de las partes altas del Maestrazgo, que los ruidos y las sombras intermitentes de las palas rotando van a ser un factor de estrés y desestabilización de las reses que pastan libres en esos montes. Ganar tres puestos de trabajo industriales para perder tres ganaderos no es una apuesta muy razonable.

Aún se deben tener en cuanta más variables a la hora de considerar la necesidad u oportunidad de un proyecto de estas características, y es que en las sierras del Maestrazgo una de las apuestas más fuertes de los últimos treinta años ha sido la valorización de sus recursos naturales y patrimoniales para atraer turistas y convertir esa actividad en motor y sustento de la población actual y factor de estabilidad ante una despoblación creciente desde los años 60. En estos momentos se puede afirmar sin posibilidad de error que las empresas que más mano de obra ocupan son las relacionadas con el turismo, tanto en alojamiento, como en restauración y desarrollo de actividades. Si el turismo de estos territorios tiene su punto fuerte en el espacio natural y en la calidad de los entornos y en la belleza de los paisajes y de lugares singulares que no es fácil encontrar en otros sitios, la implantación de actividades y de elementos extraños es seguro que no va a favorecer este desarrollo y es muy posible que lo dificulte. Seguro que alguien dirá que hay algo que se llama turismo eólico, pero esto no es cierto y además hay tantos molinos en la península que no hay que desplazarse para visitar uno.

Como decía un propietario del Maestrazgo que sería muy beneficiado por la implantación de los molinos, pues en sus tierras le tocarían varios y sería una renta mientras la empresa mantenga su actividad, pues no se nos olvide que una vez obtenida la rentabilidad y si el mercado cambia el rumbo, pues se abandona el proyecto y cada cual que se apañe con lo puesto, no quiere ni oír hablar de máquinas gigantescas en sus tierras “porque quiere dejarlas a sus hijos con los mismos valores que se las dejaron sus padres”.

Con todo esto y sopesando en la báscula los pros y los contras, claramente se llega a la conclusión que mejor se reconsidere por parte del Ministerio lo aprobado, pero como no será fácil, pues que lo hagan los jueces de la UE y los de los Tribunales Españoles, pues claramente se han infringido leyes en vigor y será la justicia quien tenga la última palabra.

Javier Oquendo

Plataforma a favor de los paisajes de Teruel

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