De Galeano y las despedidas.
Vega Latorre Fuertes – Plataforma Paisajes de Teruel.

– ¿Por qué lloran delante de ella, si todavía está viva?
Y contestaron los que lloraban:
– Para que sepa que la queremos mucho.
Eduardo Galeano
Galeano escribía esto en la página 166 de El libro de los abrazos ante la despedida de los indios shuar a una abuela moribunda.
En cada uno está la forma de despedirse: hay algunos que vuelan del lugar como una brisa, casi ni te das cuenta de su marcha. Los hay, sin embargo, que tienen una despedida lenta, a veces dolorosa, a veces con un conocimiento pleno del adiós, como los indios shuar. En ambos, me da la sensación, está en común la dificultad de despedirse de lo que queremos.
Yo, como diría en el mismo libro Eduardo Galeano, nunca he sido buena en los adioses. Me sigo notando torpe tanto en las despedidas consensuadas como en las repentinas: a veces soy demasiado sentimental, incluso recargada, y después observo con vergüenza esa explosión de cariño. Otras veces (últimamente la mayoría) lo que me avergüenza es no haber sabido hacerlo, y que lo que me quede en el recuerdo sea esa ausencia. Y nada más.
Pero este fin de semana me voy a dejar esa vergüenza en casa, porque hay despedidas que no quiero que se produzcan. Porque a veces hay que hacer como a esa abuela moribunda: hacerle saber que la quieres, aunque todavía esté viva.
Nuestro territorio está en una cuerda floja, y hay quienes creerán que no se puede hacer nada, porque nos han convencido de ello. También Galeano decía que eso es lo que hace el colonialismo invisible: nos convence de que la servidumbre es nuestro destino y la impotencia nuestra naturaleza. Que lo único que nos queda es decir adiós y agachar la cabeza para no escuchar esos vientos de cambio y dolor. Que solamente nos quede el recuerdo.
Este domingo iré, y sé que no iré sola, a abrazar el Corazón del Maestrazgo, porque tengo el convencimiento de que todavía hay esperanza de que no se produzca esa despedida. De que no sea roto por el crisol de macroproyectos eólicos que van a roturar su entorno. Porque creo que todavía podemos.
Porque si todo esto se produce, y si se consigue llevar a cabo esta sinrazón, yo me quiero llevar conmigo ese recuerdo.
P.D.¹: En el preámbulo en El libro de los abrazos está escrito que recordar viene del latín re-cordis, es decir, volver a pasar por el corazón.
P.D.²: Y después de la andada, todos a leer a Eduardo Galeano.
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- 25/03/2025 ARAINFO De Galeano y las despedidas